Los últimos meses están siendo muy turbulentos en los despachos de Tesla. La compañía ha perdido su esencia revolucionaria. Cada vez hay más coches eléctricos circulando por nuestras carreteras, pero Tesla está perdiendo cuota de mercado. La empresa es financieramente estable, pero no todas las áreas pueden decir lo mismo. El área de seguros pierde grandes sumas de dinero a pesar de que las tarifas se han disparado en los últimos meses. Un estudio de S&P Global demuestra que Tesla está pagando más por las reparaciones que lo que recibe a cambio.
En 2019, Tesla se propuso revolucionar el mercado de los seguros para automóviles. Teniendo en cuenta que cada coche de Tesla es un ordenador andante, la empresa es capaz de recopilar muchísima información de sus clientes. Información como el tipo de conducción que realiza. Estos datos son la base para calcular las pólizas de seguro de sus clientes. Cuanto mejor conduzca (según los datos recibidos) más baja será la póliza del asegurado. También afecta el contar o no con el paquete FSD (Full Self Driving). La empresa considera que su paquete de asistentes a la conducción reduce el número de siniestros que se pueden sufrir en carretera.

La siniestralidad baja, pero Tesla sigue perdiendo dinero
Sin embargo, pocos son los clientes de Tesla que optan por el paquete FSD valorado en más de 7.500 euros o dólares. Esto es lo que decía la teoría, pero en la práctica, la empresa sigue perdiendo dinero con su división de seguros. Los datos de S&P Global indican que la siniestralidad de Tesla durante todo el 2024 fue de 103,3. El índice de siniestralidad es la cantidad que Tesla paga por siniestro en comparación con lo que recibe a cambio de las primas. Cuanto más bajo sea el número, mejor. El punto de equilibrio se alcanza en el 100. En 2024, toda la industria registró un promedio de 66,1. En los doce meses del año anterior, Tesla registró en sus libros de cuentas ingresos por valor de 992 millones en concepto de primas de seguros, sólo en Estados Unidos.
A pesar de ello, las cifras no mienten y demuestran que los de Austin siguen perdiendo dinero con su división de seguros. La verdad es que cada vez pierde menos dinero, pues desde el principio el negocio de seguros de Tesla no ha sido el más rentable que digamos. En cursos anteriores los ratios de siniestralidad mostraban cifras más delicadas. En 2023, por ejemplo, Tesla obtuvo un ratio de siniestralidad de 114,7 mientras que el resto de la industria obtuvo un valor de 75,4. En 2022 fue incluso peor con un índice de 116,6 frente a una media de 80,1. Tesla está cada vez más cerca de llegar al punto de equilibrio. Los datos animan a pensar que este año lo conseguirá. No ganará, pero tampoco perderá.

Otro problema ha sido la insatisfacción que ha generado entre muchos clientes. Algunos propietarios han puesto el grito en el cielo desde que la compañía empezó a ofrecer sus coberturas. Muchos se quejan de que el servicio de atención al cliente es lamentable y que las reparaciones distan mucho de la calidad que se espera. A pesar de las críticas, Tesla ha ido subiendo el precio de sus pólizas en los últimos años. En Estados Unidos en los últimos meses se han incrementado un 30% ante la oleada de vandalismo registrada contra los coches de la compañía. En Norteamérica, Tesla se sitúa entre las compañías más caras de asegurar junto con Bentley, Lamborghini, Maserati, McLaren o Aston Martin, entre otras.