BYD ya es una de las marcas de coches más conocidas del mundo. Los de Shenzhen han crecido mucho en muy poco tiempo. La empresa ya figura dentro del Top 10 de los mayores fabricantes de automóviles del mundo, pero su ambición es escalar al primer puesto. La propia vicepresidenta de la compañía, Stella Li ha reconocido que su aspiración “es ser la Apple de la industria automotriz”. Va camino de ello. BYD fabrica más y más deprisa que ninguna otra compañía de la industria. Pronto abrirá las puertas de su primera planta europea, pero esta supondrá la apertura de otra nueva.
En febrero del año pasado BYD confirmaba lo que por entonces era un secreto a voces. Los chinos escogieron a Hungría para albergar su primera fábrica de automóviles en suelo europeo. Desde entonces los trabajos han ido a un ritmo frenético y se espera que la producción arranque a finales de este mismo año o principios del que viene si finalmente se confirman los ligeros retrasos sufridos durante la construcción. El pequeño BYD Dolphin Surf será el primer modelo de la marca en fabricarse en Europa.

BYD recorta previsiones en China, pero aumenta su presencia en Europa
No será el único puesto que BYD, harta de pagar aranceles a Bruselas, ha decidido fabricar en Europa todos y cada uno de sus coches eléctricos a la venta en el Viejo Continente. ¿Por qué los híbridos enchufables no? Porque esos no pagan aranceles. Hungría se convertirá en el primer centro de producción, Turquía en el segundo. Aunque técnicamente hablando no es espacio comunitario, a ojos vista de los aranceles sí que lo es ya que estos se centran exclusivamente en los coches eléctricos producidos en China. Turquía y Hungría tendrán la responsabilidad de cumplir con los ambiciosos objetivos internacionales de BYD.
Ahora bien, BYD sabe que va a necesitar una tercera fábrica diferente a las otras dos. Tal y como reconoce Alfredo Altavilla, asesor especial de la compañía para Europa, los de Shenzhen necesitarán una fábrica donde producir las baterías para sus coches eléctricos europeos. "No tiene sentido invertir en ensamblaje de automóviles (en Europa) y traer baterías de China". BYD espera alcanzar una capacidad anual de producción combinada de 500.000 vehículos. Altavilla ha afirmado que BYD todavía no ha decidido si priorizará una tercera planta de ensamblaje o una primera planta de baterías.

Los chinos están considerando todas las opciones posibles. No descartan ningún país para albergar esa primera planta de baterías. A la hora de elegir una nueva ubicación entran en juego varios factores, como el coste energético. Objetivamente es uno de los factores de competitividad más importantes, porque tanto las fábricas de ensamblaje como las de baterías son negocios con un uso intensivo de energía. La marca, acostumbrada a tomar decisiones rápidas, se pronunciará en breve para arrojar un poco de luz en este asunto. España se ha posicionado como uno de los países con mayor inversión. CATL abrirá una de las fábricas de baterías más grandes de Europa en Zaragoza.