No es la primera vez que Elon Musk arremete contra otros fabricantes europeos y chinos con afirmaciones directas y provocativas. El CEO de Tesla ha expresado su preocupación por la creciente fortaleza de los fabricantes chinos, afirmando que sin barreras comerciales podrían “demoler a la mayoría de fabricantes de coches” occidentales. Con estas declaraciones, el CEO de Tesla no solo lanza un reto: advierte que la calidad tecnológica y la competitividad se han convertido en la mejor defensa frente al avance de rivales globales.
Musk también ha criticado la estructura de ventas tradicional de otras marcas, declarando que “los demás reaccionan con retraso al mercado porque distribuyen a concesionarios, en lugar de vender directamente”, una alusión clara a la agilidad que él atribuye al modelo directo de Tesla. Además, ha ido más allá al vaticinar la desaparición de algunas empresas automovilísticas: “Muchas empresas automovilísticas no lo lograrán”, escribió en su red social X, en referencia a firmas como Nissan que atraviesan dificultades financieras y de transición tecnológica.

Elon Musk no entiende a Ola Källenius
El consejero delegado de Tesla ha vuelto a incendiar el debate sobre movilidad eléctrica en Europa tras responder con una provocativa frase al CEO de Mercedes, Ola Källenius. En redes sociales, Musk replicó a las declaraciones del ejecutivo alemán con un claro mensaje: “Fabricad buenos vehículos eléctricos”
La reacción de Källenius, que también preside la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), había advertido del riesgo de “colapso” en el mercado europeo si se mantiene el calendario para prohibir la venta de coches de combustión a partir de 2035. Su petición: revisar la normativa y ofrecer incentivos fiscales para transitar hacia una movilidad más limpia.
La réplica de Musk que es una burla directa que pocos esperaban de un líder tecnológico, ha encendido nuevamente la tensión entre constructoras tradicionales y Tesla, en un momento clave para la descarbonización del transporte europeo.
Ola Källenius expuso en su discurso que el avance legislativo debe acompañarse de medidas de apoyo al mercado eléctrico, como reducciones fiscales y mejoras en la infraestructura de recarga. Su advertencia se interpretó como un llamamiento a garantizar una transición justa, para evitar impactos drásticos en el sector
Pero la respuesta de Musk apuntó directamente al corazón del debate: no se trata solo de acelerar la normativa, sino también de elevar el nivel tecnológico. “Fabricad buenos vehículos eléctricos” fue su mensaje, en clara alusión a que la calidad debe marcar el ritmo de la electrificación
Este cruce refleja el choque entre dos visiones: la cautelosa apelación al pragmatismo de Mercedes frente al desafío disruptivo de Tesla. Ahora, el sector automotor europeo examina si este pulso puede servir de estímulo para acelerar mejoras en diseño, producción e innovación.
Just make good EVs!
— Elon Musk (@elonmusk) August 11, 2025
Contexto europeo: entre política, regulación y aceptación pública
Tesla ha sido tradicionalmente un actor polarizador en Europa. Mientras Källenius representa al sector industrial europeo, Musk personifica la nueva generación tecnológica. Su mensaje ha dividido opiniones: algunos lo celebran como un reto necesario, otros lo ven como un gesto provocador, propio de su estilo mediático.
Además, Musk se enfrenta a un clima político más complejo. Sus declaraciones públicas y alianzas polémicas han impactado en su imagen, especialmente en mercados sensibles como Alemania, donde la figura del CEO de Tesla suscitó debates sobre si la innovación energética debe desligarse del ruido político.
Europa se encuentra en un momento crucial: apostar por la electrificación ya no es una opción, sino una necesidad. Sin embargo, el éxito también dependerá de que el sector automovilístico responda con propuestas concretas: coches eléctricos fiables, accesibles, bien diseñados y respaldados por infraestructuras robustas.