A mediados del año pasado nos sorprendió una de las alianzas más sorprendentes de la última década. Volkswagen y Rivian firmaron un gran acuerdo de colaboración mediante el cual los alemanes tendrían acceso a la avanzada tecnología del pequeño fabricante americano. La llegada de Oliver Blume al despacho general del Grupo Volkswagen modificó por completo la estrategia tecnológica del conglomerado alemán. Americanos y alemanes tenían grandes planes para su empresa conjunta. Ahora, esos planes corren peligro porque Blume ha tenido que cambiar la estrategia, una vez más.
La inestabilidad del mercado europeo obliga a las marcas a trabajar al día. Resulta casi imposible definir una estrategia a largo plazo con los constantes vaivenes de Europa y su regulación. A principios de la década el Grupo Volkswagen avanzó su hoja de ruta eléctrica, hoy hecha trizas por los cambios de rumbo de Europa y de sus conductores. El Grupo Volkswagen seguirá apoyando sistemas intermedios de electrificación como solución de ahorro. El grupo quiere ahorrar miles de millones de euros al año tras hacer una gran inversión eléctrica con poco retorno.

Muchos retrasos y el regreso a escena de CARIAD
Tal y como citan fuentes alemanas, el acuerdo Rivian-Volkswagen, valorado en 5.800 millones de dólares, se enfrenta a numerosos desafíos. Según las fuentes, los Audi Q8 e-tron y el Audi A4 eléctrico se retrasarán durante al menos un año, de 2027 a mediados o finales de 2028. Porsche también sufrirá las consecuencias. El hermano mayor del Cayenne, basado en la plataforma K1 y previsto para finales de 2027 se ha pospuesto sin fecha determinada. Tal es la situación que Oliver Blume está pensando en recuperar la división CARIAD, la división de software del Grupo Volkswagen que tantos quebraderos de cabeza ha generado. Motivo que obligó a Volkswagen a unirse con Rivian.
Hace no mucho informamos sobre otro retraso, este de consideración. El Volkswagen Golf también se ha visto afectado por las dificultades que atraviesa la marca germana y por el estado del mercado. En un principio, la nueva generación del ‘Rey de los Compactos’ debería haber visto la luz en 2028. Su nueva fecha es 2029. Este retraso ha provocado que el Golf no será el primer modelo de Volkswagen en disfrutar de la nueva plataforma PPE, privilegio que recaerá sobre otra unidad de la marca de Wolfsburgo. Un SUV. Económicamente hablando, estos retrasos podrían provocar miles de millones de pérdidas en todo el entorno del grupo germano.

Los calendarios previstos ya no son viables, menos si cabe que ahora Europa parece tener prisa para revisar la normativa de 2035. En una reunión de crisis en el IAA de Múnich, los responsables de marca y desarrollo se reunieron para reorganizar los planes de lanzamiento. Se espera que el próximo 7 de octubre se especifique qué modelos se lanzarán, cuándo lo harán y con qué software. Mientras tanto, desde el punto de vista positivo, el Grupo Volkswagen ya se ha convertido en el líder de ventas del mercado eléctrico europeo. Más por demérito de rivales como Tesla que por méritos propios, pero las cifras están ahí.
Según los planes actuales, el Volkswagen ID.1 se convertirá en el primer vehículo eléctrico del grupo con el software Rivian a finales de 2027. Otro problema es que, según se informa, el personal de Volkswagen asignado a la empresa conjunta permanece prácticamente al margen. La atención se centra ahora en el Rivian R2 que saldrá en 2026. Se beneficiará del nuevo software conjunto. Volkswagen empezará a probar los módulos de Rivian a finales de este año y más adelante otras marcas del grupo. Una vez que el código esté disponible, podrán integrarlo y adaptarlo a sus modelos.