No es ningún secreto que China amenaza a Europa con alterar el estado tradicional del sector de la automoción. Desde Oriente ha dado comienzo una etapa crucial en la fase de conquista. Cada vez son más las marcas que anuncian ambiciosos planes para comercializar sus productos en el Viejo Continente, pero el mercado todavía es reticente al concepto del coche eléctrico chino, aunque bien es cierto que esa barrera psicológica está cada vez más caída. A pesar de ello, un gran fabricante chino, Great Wall Motors, se ha visto obligada a posponer sus planes europeos. No ha calado en el mercado y la marca ya tiene programado dar carpetazo y espantada. Cerrará su sede principal de Alemania.
El dicho de llegar y besar el santo es muy utilizado en nuestro país, pero el oportunismo está al alcance de muy pocos. En contadas ocasiones hemos visto como una marca extranjera ha tenido un éxito repentino en un mercado tan competitivo como el europeo. Ni siquiera Tesla, la gran dominadora de la movilidad eléctrica, caló al llegar. Su éxito actual se basa en mucho sufrimiento y dudas. Los chinos tienen muchas barreras que romper, la primera es la de la imagen. El cliente europeo tiene, ahora mismo, la idea de que el producto chino es de peor calidad que uno europeo. Si bien esto fue cierto durante unos años, las últimas llegadas procedentes de Oriente demuestran que los chinos han reaccionado muy deprisa.

China no tendrá tan fácil conquistar el mercado europeo, aunque todo es cuestión de tiempo
Aún así el desembarco de marcas asiáticas en suelo europeo es mucho más complejo de lo que cabría esperar para los chinos. Sólo MG ha sabido hacerse un hueco entre las marcas tradicionales y no en todos los mercados en los que disputa. Hay que remontarse a finales de 2021 para datar los orígenes de los planes de conquista de GWM en Europa. Fue entonces cuando anunciaron la apertura de su sede europea en Múnich, Alemania. A priori todo pintaba bien, incluso se asociaron con el mayor distribuidor del mercado en la región, Emil Frey. Buenos socios, gran respaldo económico y grandes promesas. Entonces, ¿qué es lo que ha fallado? Basta con echar un vistazo a la oferta para darse cuenta de ello.
El conductor europeo general y corriente es muy conservador. No le gusta destacar y busca formatos y marcas tradicionales que cubran esas necesidades. GWM se ha presentado con productos que si bien pueden plantar cara a modelos europeos, resultan excesivamente atrevidos para el cliente medio. Coches como el ORA Funky Cat se antojan innecesariamente excéntricos. Su precio tampoco es que fuese el más competitivo. La red comercial era amplia, pero había muchas dudas con respecto a la postventa. Si sumamos todo ello no es de extrañar que en todo 2023 GWM sólo registrase 6.300 matriculaciones en Europa. Un volumen muy inferior al esperado.

Ante la perspectiva de un lento crecimiento eléctrico en Europa, Great Wall Motors ha tomado la drástica decisión de cerrar su sede alemana y despedir a sus 100 empleados. Paraliza la expansión comercial a otros países, aunque asegura que no se da por vencido. Europa sigue formando parte de su estrategia global y no plantea una retirada completa. Ahora queda por ver cuáles serán los próximos pasos a seguir. Si de verdad GWM no abandona Europa tendrá que cambiar muchas cosas, desde la gama al posicionamiento, pasando por los precios. Otras empresas chinas ya han advertido este problema y ante ello han tomado la drástica decisión de abordar el mercado desde el punto de vista económico. El ejemplo más evidente es el de NIO con su nueva marca Onvo.