Ralf Brandstätter, de Volkswagen: "No es tan fácil como traer nuestros coches chinos a los mercados europeos"

El miembro del Consejo de Administración de Volkswagen AG detalla en LinkedIN la compleja situación actual de la industria.

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El VW ID.Aura es uno de los últimos modelos de la marca para China.
30/05/2025 12:30
Actualizado a 30/05/2025 12:30

A pesar de que el mundo es global, las tendencias dentro del mundo del automóvil son cada vez más hacia la regionalización. Muchas marcas desarrollan carpetas de productos específicas para mercados concretos, que luego no se venden en otros lugares. El caso más claro es el de China y ahora Ralf Brandstätter, Miembro del Consejo de Administración de Volkswagen AG y Operaciones en China, ha explicado con mucho detalle por qué se da esta situación.

En una publicación en su cuenta de LinkedIN plantea una cuestión que es recurrente: “Si un coche es inteligente, tiene un diseño elegante y está listo para las carreteras chinas, ¿por qué no exportarlo a Occidente? ¿O fabricarlo en Europa? Pero la cuestión es la siguiente: los coches no solo se mueven entre mercados, sino que se desarrollan para ellos. Y si nos fijamos bien, lo que parece una simple maniobra comercial se convierte rápidamente en una clase magistral de complejidad global”.

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El trío de prototipos para el mercado chino.

Los motivos por los que los Volkswagen chinos no llegan a Europa

Brandstätter es muy claro en el post y detalla muchos de los aspectos que hacen que no sea tan sencillo como tomar la decisión de coger un modelo chino y decidir comercializarlo también en Europa.

El primero tiene que ver con la normativa y la seguridad: “Lo que está listo para circular en un país a menudo no lo está en otro. Europa y China tienen diferentes normativas en materia de emisiones, seguridad y privacidad de datos. Requiere mucho esfuerzo e ingeniería, a menudo reconstruyendo el coche por completo para que cumpla con las normas regionales”, señala.

El segundo es relativo a que la tecnología que se utiliza en un mercado no tiene por qué ser válida en otros: “China lidera la transformación global de la movilidad eléctrica, especialmente en la química de las baterías, la integración de sistemas ADAS y la infraestructura urbana para vehículos eléctricos. El ecosistema tecnológico unificado del mercado chino es único. Sin embargo, lo que funciona en una ciudad como Shanghái, donde la velocidad media ronda los 30 km/h, no se traslada automáticamente a las autopistas alemanas, donde, por ejemplo, los sistemas de conducción asistida también deben funcionar a velocidades máximas”.

El tercero tiene que ver con los propios clientes, pues lo que esperan y demandan los potenciales compradores de China difiere bastante de las preferencias de los europeos: “Los consumidores chinos esperan vehículos conectados, priorizados por la IA, con control de voz fluido y puestos de conducción inteligentes como norma. La edad promedio de los compradores de vehículos eléctricos en China es menor de 35 años, con una mentalidad digital y una fuerte motivación por la experiencia. En cambio, los compradores europeos tienen una edad promedio de 56 años. Suelen priorizar los controles táctiles, la durabilidad a largo plazo y la dinámica de conducción. Estas no son solo preferencias, sino que configuran toda la estrategia de producto y experiencia de usuario desde el primer día”.

Considera que, por todas estas características, el mundo de la automoción tiene una nueva realidad ante sí: “avanza hacia la regionalización, no solo en cuanto a innovaciones y necesidades de los clientes, sino también en cuanto a regulaciones y acceso al mercado. Los debates actuales sobre aranceles para la importación de vehículos a Europa, EE. UU. y China son un buen ejemplo de ello. A esto se suman los riesgos de que las IP de ciertas tecnologías clave ya no puedan cruzar las fronteras nacionales en el futuro. Por lo tanto, la resiliencia de nuestra industria hoy también implica desarrollar y construir localmente para minimizar los riesgos geopolíticos”.

La realidad de los Volkswagen desarrollados para China

Por último, teniendo en cuenta las diferencias que hay entre sus modelos para uno u otro mercado, reconoce que una cuestión que le plantean de manera habitual es que si sus coches desarrollados en China para China, son auténticos Volkswagen.

Ante esta cuestión, su respuesta es clara: “Por supuesto, al 100 %. El ADN de nuestras marcas es la esencia de todo lo que hacemos. No hacemos concesiones en ningún lugar del mundo. Volkswagen representa valores como la calidad, la seguridad y la fiabilidad en sus modelos desarrollados localmente. Nuestros clientes pueden disfrutar de la combinación única de ingeniería alemana con la integración de funciones inteligentes desarrolladas localmente. Lo global se une a lo local. Esta es la clave para ser un fabricante de equipos originales (OEM) global de éxito en diferentes partes del mundo hoy en día”.