Sin lugar a dudas el mercado europeo está cambiando su modelo de negocio. Las marcas tienen que enfrentarse ahora a difíciles y costosas decisiones. El año 2035 está marcado a fuego en las estrategias de cada compañía. Entonces, si nada cambia, estará totalmente prohibido vender coches con motor de combustión en Europa. Si bien todas las marcas habían apoyado la estrategia, ahora son cada vez más las que plantean serias dudas. Stellantis, el segundo mayor conglomerado automovilístico del Viejo Continente, pide una mayor flexibilidad. Su CEO, Antonio Filosa, acaba de pedir ayuda.
Todas las marcas tenían muy claro que antes de 2035 iban a tener una flota 100% eléctrica sin problemas. A lo largo de esta década las matriculaciones iban a ascender tan rápidamente que incluso alguna llegó a aventurarse a decir que daría el paso a lo eléctrico en 2030 (Mercedes entre ellas). Sin embargo, las ventas no han crecido tanto como se esperaba. Tras unos primeros años de fuerte crecimiento el ritmo parece ahora estancado. Los conductores se centran en otros sistemas mecánicos con lo que no tengan que depender en exclusiva de un enchufe.

Cada vez más marcas piden retrasar la normativa Europea de 2035
Algunas marcas de la órbita de Stellantis fueron excesivamente ambiciosas con las proyecciones durante el mandato de Carlos Tavares. Los malos resultados y las estrategias poco flexibles acabaron con el ya ex CEO portugués. A finales del pasado mes de mayo, Antonio Filosa, tras 25 años en la compañía, pasó a ocupar el cargo de CEO del grupo. Por encima de él solo está John Elkann, presidente de Stellantis y nieto del legendario Gianni Agnelli. Entre los dos están intentando reconducir la estrategia tras reducir enormemente sus beneficios.
Stellantis necesita que Europa modifique las fechas para así poder actuar con más calma. Sus coches eléctricos no consiguen las cifras de ventas esperadas. Incluso ha tenido que volver a fabricar versiones térmicas de modelos que en un principio iban a estar exclusivamente impulsados por baterías. Lancia, Alfa Romeo y Maserati penden de un hilo, mientras que la última incorporación a la familia, Leapmotor, genera mucha atracción con sus coches eléctricos procedentes de China. “Un diálogo estratégico es fundamental, pero ahora es vital actuar con urgencia. No hay tiempo para demoras”, ha solicitado Filosa.

"Una política europea que fomente la sustitución de coches antiguos por coches nuevos y una elección más amplia de sistemas de propulsión tendría un mayor impacto en las emisiones globales de CO2 que el mercado anual de coches nuevos", ha añadido el CEO de Stellantis. Filosa se suma así a una cada vez más larga lista de empresarios que piden a la Europa de Ursula von der Leyen retrasar la entrada en vigor de la normativa de 2035. El CEO de BMW, considera la estrategia política actual como “un gran error”. Mercedes también está en contra, tal y como ha declarado su máximo responsable.