Hace solo unos años, se afirmaba ampliamente que la demanda de híbridos disminuiría a medida que los vehículos eléctricos de batería (BEV) maduraran como tecnología. Sin embargo, los híbridos no han hecho más que crecer como elemento central de las ventas de automóviles en Occidente.
Un buen ejemplo de esta tendencia se puede observar en Europa: en 2024, los híbridos (HEV) y los híbridos enchufables (PHEV) representaron el 38,0% de las ventas de coches nuevos en Europa, frente al 33,3% de cuota de mercado de los vehículos de gasolina pura.
¿Por qué ocurre esto? Se puede decir mucho sobre el papel que desempeñan la ansiedad por la autonomía y la confianza en las infraestructuras en la elección de los híbridos frente a los BEV por parte de los consumidores. Sin embargo, además de eso, hay una tendencia más tangible y secular que puede explicar por qué los híbridos están teniendo tanto éxito como categoría: el coste.
La ventaja del coste de los híbridos
¿Cuál es la ventaja de coste de los híbridos? Sabemos que el coste no se limita al precio inicial del vehículo. Para tener en cuenta los costes a lo largo de la vida útil, como el combustible, el mantenimiento, el seguro y las reparaciones, la mejor forma de comparar el coste de cada sistema de propulsión es medir el coste total de propiedad a largo plazo.
Para los vehículos que saldrán al mercado en 2025, el Departamento de Energía de los Estados Unidos ha publicado unas previsiones sobre el coste total medio de propiedad durante 15 años para cada categoría de motor. El DoE estima que los vehículos con motor de combustión interna (ICE) tradicionales cuestan 88.200 dólares a lo largo de su vida útil, los PHEV cuestan 90.000 dólares y los BEV (con una autonomía de 300 millas) cuestan 96.300 dólares.

Por el contrario, un HEV costaría solo 82.800 dólares a lo largo de su vida útil, alrededor de un 6,5% menos que un ICE y un 14% menos que un BEV.
Esto es importante, porque la demanda de automóviles es muy elástica en función del precio. Un informe de Resources for the Future de 2023 estimó que la elasticidad del precio de los automóviles nuevos era de 0,5, en promedio. Eso significa que, por cada aumento del 1% en el precio de un automóvil, cabe esperar que la cantidad demandada por los consumidores disminuya un 0,5%.
El coste total de propiedad es una medida menos favorable para los híbridos en comparación con el precio de compra. Sin embargo, incluso sobre esta base, cabe esperar que la demanda de híbridos supere a la de los ICE en torno a un 3% y a la de los BEV de largo alcance en torno a un 7%.
Las causas de los bajos costes de los híbridos
¿Por qué los HEV y los PHEV son ahora más baratos a lo largo de su vida útil que incluso los coches con motor de combustión interna? La respuesta se encuentra en algunos fundamentos básicos: hemos mejorado mucho en su fabricación.
En esencia, los vehículos híbridos se basan en motores más pequeños y eficientes que los ICE equivalentes. Uno de los grandes éxitos de la ingeniería automovilística de los últimos 20 años ha sido el aprovechamiento de esta eficiencia del motor por parte de la industria. Se han descubierto continuamente formas de reducir la masa del motor, refrigerarlo de forma más eficaz y sacar el máximo partido a cada giro. El resultado es una mejora del ahorro de combustible, junto con una reducción de los costes de mantenimiento y reparación.
Consciente del potencial de un motor más pequeño, la industria también está aprovechando al máximo el potencial de las baterías y los motores en los híbridos. Lo que hemos visto en las últimas dos décadas ha sido una mejora espectacular y continua en la tecnología de las baterías y los motores, que se han vuelto mucho más potentes, duraderos y eficientes. Al mismo tiempo, también hemos visto mejoras espectaculares en el software, la electrónica y los sistemas de control que gestionan las comunicaciones entre el motor, la batería y el motor en un híbrido.

Así pues, además de beneficiarse de las importantes mejoras en la tecnología de las baterías y los motores en lo que va de siglo, los fabricantes de automóviles han podido integrar mejor estos sistemas con motores mucho más eficientes. ¿El resultado? Una reducción a largo plazo de los costes a medida que estas innovaciones iterativas llegan al mercado.
No hay una solución única para todos
En un futuro previsible, cabe esperar que los híbridos sean más baratos que los ICE y los BEV de autonomía comparable. Esto se debe a que los híbridos pueden aprovechar las innovaciones que impulsan el ahorro de costes y la eficiencia tanto en la tecnología ICE como en la EV, al tiempo que mejoran continuamente en el reto de la integración de sistemas para reunir baterías, motores y propulsores en un solo paquete.
Pero esto no significa un mercado único dominado por los HEV. A medida que disminuye la autonomía y los requisitos de tamaño de las baterías, los BEV experimentan reducciones significativas en el coste total de propiedad: el Departamento de Energía de EE. UU. estima que un BEV con una autonomía de 200 millas cuesta solo 84.200 dólares a lo largo de su vida útil, en comparación con los 82 800 dólares de un HEV.
Lo que debemos esperar es una mayor diversificación del mercado mundial de la movilidad. En lugar de la solución única y universal que vimos en la era de los motores de combustión interna puros, debemos esperar que los diferentes casos de uso se adapten a las fuentes de propulsión que mejor se adapten a ellos. Es probable que los BEV evolucionen hasta convertirse en la solución más económica para los entornos urbanizados, donde la autonomía no es una limitación para los consumidores. Y, en los mercados en los que la autonomía y la infraestructura son factores importantes, los híbridos solo reforzarán su ventaja como la opción de movilidad más rentable y demandada.