BYD quiere conquistar el mundo con sus coches de nueva energía. Aunque ha derribado muros por todo el mundo, hay un país que se le resiste: Japón. Los asiáticos tienen una mentalidad y un estilo de vida muy particular. Al vivir en una isla el espacio es limitado. Desde hace muchas generaciones la movilidad está garantizada gracias a los ya conocidos como Kei-Car. Coches tan pequeños como funcionales que destacan por su versatilidad, maniobrabilidad y bajo precio. Dado que BYD no ha cosechado el éxito que esperaba en Japón ha decidido sumarse al carro de la movilidad reducida.
En Japón apenas un 1% de los coches en circulación son eléctricos. La mayoría de sus habitantes opta por los Kei-Car al estar condicionados por el tamaño. Hace ya unos meses supimos que BYD estaba preparando un Kei-Car eléctrico con el que conquistará el mercado japonés. Cabe la pena destacar que el Nissan Sakura es el coche eléctrico más pequeño del país. El Nissan más pequeño de la gama se vende por apenas 2,59 millones de yenes, unos 16.000 euros al cambio. Parece poco, pero teniendo en cuenta que un Kei-Car de combustión puede costar menos de 10.000 euros, es lógico comprender por qué se venden tan pocos coches eléctricos en el país.

No más de 3,4 metros de largo y menos de 1,5 metros de ancho
A pesar de ello, BYD no se rinde y durante el próximo Salón de la Movilidad de Tokio, que abrirá sus puertas en cuestión de días, presentará su primer Kei-Car. Por el momento no sabemos cómo se llamará. Hace apenas unos días desvelaron una primera imagen que nos adelantaba las rectilíneas líneas de todo Kei-Car. Un cubo con ruedas lo podríamos denominar. BYD se tiene que ajustar a una homologación muy estricta para que su nuevo coche tenga tal consideración. La más importante es que no debe superar los 3,4 metros de largo ni una anchura superior a los 1,48 metros.
Puede parecer poco tamaño, pero por dentro son vehículos muy espaciosos. Aptos para el día a día y también para salir de los pueblos y ciudades japonesas. Bajo esa rectangular carrocería se esconde un sistema 100% eléctrico. Hace unas semanas salieron a la luz algunos detalles preliminares sobre rendimiento. Estará impulsado por una batería LFP de 20 kWh de capacidad que ofrecerá, según el ciclo de homologación WLTC, una autonomía aproximada de 180 kilómetros. Su rendimiento no será muy alto, suficiente para moverse por la ciudad.

En cuanto a precio, BYD quiere derribar cualquier frontera hasta ahora conocida. Como ya hemos dicho, el Sakura de Nissan es el coche eléctrico más vendido del país con un precio aproximado de 16.000 euros. Los chinos quieren rebajar esa factura en aproximadamente 3.000 euros. Hasta el entorno de los 2 millones de yenes. De forma paralela, el BYD K-Car puede ser la base sobre la que se articule el próximo coche eléctrico urbano para Europa. Bruselas ha abierto la posibilidad de una nueva reglamentación y homologación que podría permitir a los conductores europeos disfrutar de las ventajas de los Kei-Car japoneses. De ser finalmente así, BYD tendrá mucho camino recorrido con este primer modelo.
 
     
     
    