Predecir el futuro es casi imposible, pero, de forma constante, las marcas trabajan mirando a los próximos años. Es tarea de unos pocos adelantarse a las necesidades y las exigencias de los conductores. Desarrollar los coches del mañana supone empezar hoy y, si es posible, mejor ayer. El problema surge cuando dichos planes no confluyen de la forma esperada y es necesario aplicar cambios sobre la marcha. Tesla tenía, todavía tiene, grandes planes para su próxima Gigafactoría de México, pero ahora sabemos que no será la primera en fabricar la próxima generación de coches eléctricos de la compañía.
En las últimas semanas han salido a la luz informes y rumores que han proyectado muchas dudas sobre la agenda de la planta ubicada en el Estado de Nuevo León. Tesla está teniendo más problemas de los esperados en la construcción. Tantos que ya son meses de retrasos los que se acumulan en apenas unas semanas de trabajos. Cuando Tesla confirmó su emplazamiento anunció varios objetivos importantes. El principal de ellos es una capacidad de producción anual de 3,5 millones de coches por año. Esa es una cifra récord en la industria.
No sólo el ritmo de producción pretende ser vertiginoso, sino que Tesla ha replanteado todo el modelo de producción que hemos conocido hasta ahora. Elon Musk y su equipo de ingenieros han remodelado la cadena de montaje para así poder hacer coches más rápidamente. El Tesla Model 2, el esperado coche eléctrico barato, se basará en este nuevo formato de producción, pero no será el único. Tesla quiere sacar al mercado un robotaxi. Un coche totalmente autónomo que ha traído consigo verdaderas disputas en el seno de la compañía. Su mayor defensor ha sido el propio Musk.
Tal y como recoge un extracto de la biografía todavía no publicada del magnate americano, escrita por Walter Isaacson, Elon Musk lo ha apostado todo a un vehículo carente de volante, pedales o espejos. Muchos directivos y trabajadores importantes le han hecho ver que es una apuesta muy arriesgada por posibles problemas de homologación y seguridad. La conducción autónoma total podría no estar lista. Finalmente, según recoge la biografía, los directivos han conseguido convencer a Musk con el objetivo de fabricar no sólo un robotaxi, sino el esperado Model 2. Ambos se apoyarán sobre la misma plataforma.
Como ya hemos dicho, todo estaba planeado para que la construcción de ambos vehículos se llevase a cabo en las modernas instalaciones de México, pero todo apunta a que primero será la Gigafactoría de Austin, la sede de la compañía, la que se encargue del trabajo durante las primeras fases. Esto ahonda más en los constantes rumores sobre los retrasos de la planta de Nuevo León. Al principio se achacaban a problemas durante la construcción, pero es posible que también entren en juego cambios estratégicos de la compañía que no exijan una pronta entrada en servicio de la planta.
