No es de extrañar que toda la industria tema a China y a sus coches de nueva generación. El país ha transformado por completo su industria en apenas una década. Miembros importantes del sector reconocen que el crecimiento de China y de sus marcas “les quita el sueño”. BYD es hoy por hoy una fuerza de la naturaleza. Un gigante que ha despertado para colonizar el mundo. Sin embargo, según donde mires, la situación de la marca no es tan positiva como se cree. Reuters informa en exclusiva que BYD ha tenido que recortar previsiones para este 2025 por un problema que ellos mismos han causado.
China lleva dos años sumergida en una cruenta y agresiva guerra comercial. Con más de 130 marcas diferentes instaladas en el país, cuesta encontrar un hueco en un mercado que lleva tiempo dando señales de exceso de oferta. La única forma de vender más que tu vecino es reducir los precios, lo que a su vez afecta en el balance económico de las empresas. Muchas de las marcas presentes en China sufren pérdidas, en su mayoría controladas. A pesar de ello, el Gobierno de Xi Jinping quiere tomar cartas en un asunto que puede afectar significativamente a la estabilidad económica del país.

Europa y extranjero al rescate de BYD
Aunque todavía no se han anunciado medidas, se estima que serán pocas las marcas que sobrevivan a la guerra. Tal y como informan ahora las ya mencionadas fuentes, BYD se ha visto obligada a reducir las previsiones de crecimiento para este 2025 tras un lustro de cifras increíbles. Los de Shenzhen han recortado las previsiones en un 16%, no es un dato menor. BYD prevé vender 4,6 millones de coches este año, menos de los 5,5 millones de unidades previstas a principios de curso. A lo largo de los últimos meses las previsiones se han ido recortando paulatinamente.
Ya los últimos resultados financieros alertaban de un problema más grande de lo que a simple vista pueda parecer. Si bien los libros de cuentas registran ganancias, la compañía logra un 30% menos de beneficio por el mismo problema que ya hemos mencionado. La guerra comercial, que BYD lleva más de un año alentando, se está volviendo en su contra. En el segundo semestre han declarado beneficios por un valor aproximado de 1.048 millones de euros, no en vano es la primera vez en tres años que BYD reduce sus beneficios. Algunas fábricas ya están notando la menor carga de trabajo.

En la parte positiva de la situación, BYD crece con firmeza fuera de China. De hecho, los de Shenzhen esperan cerrar el año con 1 millón de coches vendidos en el extranjero. Esta cifra le permitirá competir de tú a tú con los principales exportadores del país; SAIC y Chery. Esta última ya vende más coches fuera que dentro del mercado chino. El año pasado, BYD firmó un total de 417.204 operaciones fuera de China. En los primeros seis meses del año han superado esa cifra con 472.000 unidades vendidas, siendo Europa uno de sus principales mercados extranjeros, habiendo superado ya a Tesla.