Fue a comienzos de 2023 cuando, al menos en teoría, todos los municipios con más de 50.000 habitantes tenían que haber activado sus Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) para crear espacios a los que solo pudieran entrar los vehículos más limpios. Sin embargo, ni todos ellos lo hicieron, ni se estableció una normativa sobre cómo debían ser. De esta manera, las hay de extensiones distintas y de niveles restrictivos muy diferentes, pero la de Ciudad Real, que entrará en vigor antes de que termine el año, será única: también podrán entrar los vehículos sin etiqueta, algo inédito hasta la fecha.
Aunque cada ZBE es diferente a las demás, hasta ahora todas las que han entrado en vigor han tenido en común que dejaban fuera a los coches sin distintivo mediaombiental, los que a priori son los más contaminantes. Sin embargo, Francisco Cañizares, alcalde de Ciudad Real, tiene claro que ese no es el enfoque que quiere para la de su ciudad.

Una ZBE que no sea excluyente
Cuando se anunció la obligatoriedad de establecer ZBE, hubo quejas que las señalaban como excluyentes, puesto que limitan la movilidad de aquellos ciudadanos con un menor poder adquisitivo, que son los que tienen que conformarse con vehículos más antiguos y no tienen posibilidad de adquirir un coche con etiqueta, menos aún con la pegatina Eco o Cero.
Es por eso que, hablando con La Tribuna de Ciudad Real respecto al tema, Cañizares ha ido directo al grano: “No es una zona para ricos, en la que solamente puedan pasar a determinadas zonas de la ciudad los que tengan dinero suficiente para comprarse un coche de 60.000 euros, de emisión cero, que serían los eléctricos”. Se entiende el punto de vista del alcalde, pero la realidad es que actualmente hay coches eléctricos con precios muy inferiores a dicha cantidad.
Añade que “la mayoría de la población que vive en el centro de la ciudad no tiene en sus planes cambiar de coche”, lo que hace que sea necesario “buscar fórmulas para esa gente”. El enfoque es que el establecimiento de la ZBE no sea excluyente, para que los ciudadanos “no tengan ningún problema para seguir utilizando su vehículo y accediendo a la zona de residente con total normalidad”. Además, el enfoque no se aplicará solo para los residentes, también para “los que vengan de fuera, igualmente, solamente tendrán alguna limitación cuando se produzcan capítulos de contaminación, con una situación especial de un día o dos”.
Las ZBE en España
Recientemente Bipi ha elaborado un informe que deja claro que la implantación de las ZBE en España dista mucho de ser la esperada en un primer momento. A pesar de que todas las ciudades con más de 50.000 habitantes están obligadas a ello, solo el 32 % de las que tienen que tener una ZBE la tienen en vigor. Solo 53 municipios la tienen activa y, de los 94 restantes que deberían tenerla, el 56 % la tienen en trámite y los otros 20, casi el 12 %, tienen pendiente la instauración de una ZBE. Además, de esas 94, 30 ciudades son capitales de provincia, destacando casos como Valencia, con cerca de 800.000 habitantes; Murcia, con casi 460.000 habitantes; Las Palmas de Gran Canaria, con 380.000; Vitoria, con 255.000 habitantes o Granada, con 234.000 habitantes.
No solo eso, la libertad de poder elegir cuáles son las restricciones y, sobre todo, la extensión de su ZBE, hace que la distribución de las mismas sea muy diferente y que, en muchos casos, cubran solo una parte anecdótica de la ciudad. Las ZBE que hay en España ocupan 739 kilómetros cuadrados, es decir, el equivalente a 103.460 campos de fútbol. Sin embargo, de toda esta extensión, solo la de Madrid, con 605 km2, supone el 80%, repartiéndose entre los 52 municipios restantes el 20% que falta.