Joel Wengström, diseñador sueco, se ha inspirado en el mundo animal, concretamente en los escorpiones, para diseñar una motocicleta con un exoesqueleto. Además, según el propio diseñador, con esta interpretación surge un nuevo enfoque de fabricación que abre nuevas posibilidades para soluciones de almacenamiento integradas. La moto ha sido bautizada como Polestar Exö.

Se ha utilizado para su confección un material biocompuesto, una especie de tejido técnico de lino. "El uso innovador del lino como recurso renovable ofrece una alternativa prometedora a los materiales tradicionales, y estoy deseando evaluar su rendimiento en diversas condiciones", dice Wengström.
"Aquí está mi interpretación de cómo podría verse una motocicleta Polestar con exoesqueleto". (Joel Wenngström, Polestar).
De esa manera se pueden aprovechar los espacios dentro del exoesqueleto para instalar componentes como la batería o el motor. Pero, además, se incrementa la capacidad de almacenamiento sin comprometer ni el diseño ni la aerodinámica: nada de topcase o maletas exteriores, en el interior nos cabrá de todo.

Ese exoesqueleto hace también las funciones de carrocería, por lo que esta Exö se convierte en una buena reprresentante de la sostenibilidad al ahorrar en costes y materiales, ya que no existe un chasis interior propiamente dicho.

Por otra parte, la rigidez tan alta de dicha carrocería hace que todo lo que vaya en su interior esté perfectamente protegido: por ejemplo, ante una caída, los componentes principales del grupo motriz quedarán a salvo. "A través de este proyecto, pretendo encapsular la esencia del enfoque innovador y sostenible de Polestar, a la vez que introduzco una nueva dimensión a su marca a través del diseño de motocicletas", termina por confesar el diseñador.